Cuando nos ponemos a sacar punta en plan serio a temas de branding -sea en clave de posicionamiento, de reputación corporativa, etc…- frecuentemente contraponemos el caso de marcas que como Coca-Cola, El Corte Inglés, General Electric, Ford o BBVA llevan muchos años haciendo lo que hacen, haciéndolo bien, -cada una en lo suyo- y poco a poco construyendo una marca sólida, basada en el reconocimiento de sus clientes a su buen hacer. Inspiran solidez, robustez, solvencia… Por el contrario otras marcas surgen rapidamente y en poco tiempo -unos años, un par de decadas- crecen, se hipertrofian, se consolidan y desplazando a otras se situan en el top of mind de propios y extraños: Google, Starbucks, Zara… también gracias a un modelo de negocio único, innovador, o un producto y/o servicio diferenciado , que genera Otaku -vais a tener que leer el post de ayer- entre sus consumidores, y los convierte en clientes fidelizados.
¿Y una marca vacia? ¿una marca que no tiene -todavía- detrás ningun producto o servicio? ¿Una marca que no se asocia a NADA?… y que sin embargo a las pocas semanas de su lanzamiento ya cuenta con casi mil seguidores en Facebook, y¡¡ son los propios usuarios los que proponen contenidos y valores para la marca!! . El concepto de co-creación, de user generated content llevado al extremo. spoonch.jpg
El experimento se llama SPOONCH y lo tutela, dirije, ejecuta Joan Jimenez , veterano investigador del mundo de la comunicación, el marketing y la innovación (conocido entre otras muchas cosas por el Manual (e-book) de posturas para hacer el amor a tus clientes- una guia de branding 2.0) . Y hablando de 2.0…. ya sabeís: Hay Spoonch en Twiiter, Facebook, y seguro que pronto (si no lo está ya) videos Spoonch en Youtube, fotos Spoonch en Flickr… ¿y lo siguiente? ¿merchandising de una marca vacia? ¿Una moda Spoonch?
Hoy Spoonch se me antoja como un huevo. Redondo, liso, ¿fragil? y… vacio. Pero tengo la sensación…de que algo interesante va a nacer de ese huevo, y desde luego no podrá discutirse si fue antes la gallina o … la nada. El Nihilismo 2.0. Un nuevo competidor en el horizonte, y un desafio para las marcas “de toda la vida”.